Cuevas
Cueva de Covaciella
Una gran galería que atesora la representación de bisontes mejor conservada de Asturias, con pinturas de más de 14.000 años de antigüedad.
La Covaciella fue descubierta fortuitamente en 1994. Posee pinturas de bisontes, caballos, ciervos... del periodo magdaleniense, más de 14.000 años. Las representaciones de la cueva son valoradas por la calidad de las mismas y su disposición, además de encontrarse en un gran estado de conservación.
Estas pinturas están excepcionalmente conservadas, gracias en gran parte a que la cueva ha estado durante miles de años sellada.
La Covaciella está en el desfiladero de Las Estazadas y tiene una galería de unos 40 metros de longitud que se abre a una gran sala, dividida en dos por los bloques vertidos antes de su descubrimiento; la parte oeste de la sala mide 11 x 13 metros y la este 25 x 15. El desarrollo total de la cueva, de este a oeste, ascendente, es de 80 metros; su entrada original es un pequeño orificio al noreste de la gran sala, y desde que fue cegado naturalmente hasta que se abrió a consecuencia de las obras, no hubo intromisión humana alguna en su interior.
Cueva de Tito Bustillo
Uno de los más importantes conjuntos rupestres del arte paleolítico de Europa.
En la villa de Ribadesella/Ribeseya se localiza la Cueva de Tito Bustillo. Abierta en el macizo de Ardines, se integra en un complejo kárstico sito junto a la desembocadura del Sella, en el que destacan otras cavidades como La Lloseta o la cueva de Biesca.
Descubierta en 1968, se corresponde con una única galería de unos 700 metros de longitud, a la que se abren estancias anexas. Su repertorio se organiza en 11 conjuntos (algunos integran varios paneles), que reúne más de cien representaciones grabadas y pintadas que se corresponden con dos fases, una premagdaleniense (signos en rojo y escasa figuración animal) y otra magdaleniense, con zoomorfos varios y distintas técnicas.
En la cueva de Tito Bustillo las representaciones rupestres van variando según las épocas y se superponen entre sí, dependiendo de las preferencias de quienes habitaron la cueva entre el 22.000 y el 10.000 a. de C.
Cueva de Llonín
Descubierta por los productores de queso cabrales, la cueva alberga más de un centenar de figuras representadas.
La Cueva de Llonín era conocida tradicionalmente como "La Concha de la Cova", y se localiza en el flanco meridional de la Sierra de Cuera, a unos 700 metros del lugar de La Molinuca, por el angosto valle que desde la orilla del río Cares asciende hacia el norte.
Los restos extraídos de la cueva suponen la mejor muestra de arte paleolítico de la región y se exponen en el museo Arqueológico de Asturias en Oviedo/Uviéu.
En 1957, la cueva fue utilizada para la fermentación de quesos de Cabrales, pero las pinturas no son identificadas como de probable origen prehistórico hasta 1971, cuando un grupo de espeleólogos explora la cavidad.
Cueva de El Pindal
La Cueva de El Pindal es una larga galería de ancha boca que se abre a pocos metros del acantilado en un paisaje de singular belleza.
La Cueva de El Pindal está localizada en la desembocadura del Río Cares, Deva, en el extremo oriental de Asturias, en un sector de la rasa costera conocido como Cabo San Emeterio.
Cuenta con una única entrada sobre el mar, dominando la línea de costa, y una galería longitudinal de unos 600 metros de la que sólo se visitan los primeros 300. Distribuido en cinco zonas, el conjunto magdaleniense alberga representaciones zoomorfas como cérvidos, caballos, bisontes, y destacan un pez y un mamut. El Pindal sería realizado en distintos momentos magdalenienses, y probablemente más antiguos, a lo largo de un tiempo amplio entre hace 18.000 y 13.000 años.
Cueva de La Peña o de Candamo
La Cueva de La Peña es un gran ejemplo del arte rupestre paleolítico del Norte de España.
La Cueva de La Peña se encuentra en San Román (Candamo), en el curso bajo del Río Nalón, próxima a su desembocadura y se trata de la cavidad con arte paleolítico más occidental de todo el continente europeo.
Se abre en la base de un cerro calizo y consta de una pequeña galería que desemboca en una gran sala, completando unos 70 metros de longitud. El espacio artístico (parte del gravetiense y alcanza el final de magdaleniense) se ubica en el Salón de los Grabados, con seis paneles.